Hace seis años comenzó la andadura de la Plataforma Barbastro en Bici y comenzó a gestarse una deriva ciudadana encaminada a recuperar el espacio público que un día sirvió, y mucho, a esta ciudad como eje principal de comunicación y desarrollo. Ya serán con ésta seis Marchas para reclamar la Vía Verde en ese espacio que el tren dejó vacío una vez que el progreso y muchos otros factores convirtieron sus vías en una vía muerta. La idea ha ido calando entre los barbastrenses y aún no se han oído palabras en contra de este sueño de la recuperación. Muy al contrario, el apoyo de los ciudadanos va en aumento como aumenta el número de participantes en el fiesta que nos daremos todos el próximo domingo ocho de Mayo.
Pero os aseguro que ninguna Plataforma conseguirá por sí misma nada que devuelva la utilidad de este trazado ferroviario abandonado. Serán exclusivamente los habitantes de esta ciudad y de las otras dos localidades implicadas en la VI Marcha, es decir, Castejón del Puente y Monzón.
El día en que esta movilización aglutine una cantidad considerable de personas estad seguros de que quienes rigen los destinos de estas tres localidades tendrán que responder con hechos, y quizá con prisas, donde ahora sólo se oyen buenas palabras y excusas que se venden a bajo precio merced a la pertinaz crisis que todo lo emponzoña.
Palabras y excusas siempre buenas porque se dan con amabilidad y corrección en alguna que otra reunión en el ayuntamiento. Pero hace falta algo más y eso sólo se recibirá con júbilo cuando además de las palabras y de las excusas podamos acordar un poco más de cooperación y participación de la sociedad civil, es decir la Plataforma, con la parte de los técnicos y políticos que son quienes algún día habrán de convertir el sueño colectivo en realidad constatable.
He comenzado hablando de la Plataforma para subrayar que lo de la Vía Verde no es más que uno de los diez objetivos fundacionales. A parte de la Vía Verde anhelamos acciones decididas por la ciclabilidad de Barbastro y eso se puede conseguir sin mucho gasto. En cada reunión observamos cómo se escribe en una hoja de papel toda una lista de medidas una vez que han sido consensuadas por el diálogo siempre amable. Después de cada reunión salimos henchidos y esperanzados diciéndonos:…¡-Esta vez sí…!.
¡-Por fin habrá aparcabicis, ese pequeño y sencillo tramo de carril bici en la calle Beato Ceferino y alguna que otra señal de tráfico en el Riancho para desinhibir a los futuros ciclistas urbanos…!
Pero pasan los meses y nada de lo dicho llega a plasmarse. Al menos, del hilo del diálogo pende toda nuestra esperanza e ilusión. Queremos avanzar hacia una ciudad sostenible y moderna, movida por corazones sanos y no por motores insalubres con escapes tóxicos.
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